La fe es la victoria que viene sobre el mundo.
Si usted tiene fe del tamaño de un grano de mostaza que dijere a este movimiento de la montaña y se moverá.
Si un hombre abandona por completo sus propios caminos a favor de los
caminos de Dios, que tiene ya vencido al mundo y la Gracia de Jesucristo
abunda en él.
Si estamos dispuestos a abandonar incluso la más pequeña de nuestras
propias cosas a favor de Dios (la fe como un grano de mostaza), el monte
del Señor (Jesucristo) se mueva y su gracia se aplicará.
Al morir al yo podemos vivir en Él.
Lo que trae la derrota, pues, el apego a sus propias maneras.